Bueno, ya que estoy en el único país
de la Unión Europea donde la marihuana está totalmente legalizada,
¿qué mejor que empezar hablando sobre sus orígenes?
En primer lugar, la marihuana o
cannabis son sustancias psicoactivas; es decir, que al introducirse
por cualquier vía, ejerce un efecto directo sobre el sistema
nervioso central, ocasionando cambios, como la inhibición del dolor,
la modificación del estado de ánimo o la alteración de la
percepción, entre otros. El compuesto químico más presente es el
tetrahidrocarbocannabinol (THC).
Esta droga es ilegal en la mayoría del
mundo, aún así, según la Organización Mundial de la Salud es la
sustancia ilícita más usada en el mundo; puesto que de ésta se
usan las semillas, el polen, las flores, las hojas, las fibras, los
troncos y el aceite. Concretamente, las cifras oficiales datan de que
un 4% de la población adulta la consume anualmente y que un 0,6% lo
hace a diario (esta última cifra, a simple vista, parece pequeña,
pero equivale a 22,5 millones de personas).
Aún así, lo más interesante de esta
droga radica en sus orígenes:
Se pierden los años, pero es posible
que la primera semilla apareciese en Asia Central, más o menos en el
año 4.000 a.C. Es en la provincia de Shensi, al noroeste de China,
donde se encontraron las primeras marcas de fibra de esta planta -los
chinos la definían cómo regalo de los dioses, puesto que les
resultaba útil para los reumatismos, la gota, la inapetencia y la
debilidad-.
Otro hecho llamativo es que el primer
libro impreso en grandes cantidades -el Dharani, libro de los rezos-
fue escrito en el año 770 d.C en papel de cannabis.
Del mismo modo, en los relatos de Marco
Polo, se cuenta la existencia de unos jardines de cannabis que
servían de paraíso para los guerreros que sobrevivieran a las
luchas.
Para darnos cuenta de hasta que punto
llegaba la admiración por los efectos de esta droga, en el S XVI, la
marihuana estaba en todos los recetarios de varios farmacéuticos y
médicos famosos europeos.
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Planta del cannabis |
Una de las razones probadas de su éxito
entre los profesionales de la medicina es su efecto terapéutico en
varias enfermedades y problemas de salud, como:
Asma: la “droga en bruto” podría
beneficiar al 80% de los enfermos, ya que es uno de los mejores
expectorantes naturales que dilata la vía respiratoria de los
pulmones y los bronquios, dejando que penetre el oxígeno; lo que
conlleva a la eliminación del polvo producido por el medio ambiente
o el tabaco.
Glaucoma: esta droga es capaz de
disminuir la tensión inter-ocular, lo que conlleva a luchar contra
esta enfermedad que causa ceguera.
Quimioterapia: el cannabis ayuda a
estabilizar la presión, disminuyendo o eliminando las naúseas.
Epilepsia, espasmos y trastornos
motores: gracias al efecto de la relajación muscular.
Cáncer: se tiene la teoría de que es
antitumoral, es decir, que beneficia a la no acumulación de tejido
inflamable en el organismo.
Dependencia a opiáceos y a alcohol:
eficaz en curas de desintoxicación y rehabilitación.
Además, sirve como analgésico central
y periférico, y el THC elimina el virus del herpes por contacto
directo.
Del mismo modo que se resaltan sus
beneficios, no hay que olvidar que es una droga, por lo que el abuso
puede crear adicción y desencadenar graves problemas de salud.
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Mapa de la legalización de la marihuana |